Friday, November 2, 2007

Resolviendo el Pasado

Isaías 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

(Fil 3:13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,


INTRODUCCIÓN:


Dicen que hay una manera de jugar Scrabble (el juego tipo acróstico) que se llama “Speed Scrabble” En este juego cada jugador puede tomar 7 fichas. Sin el uso del tablero, el jugador se pone a formar las palabras que pueda. Lo interesante de esta forma de jugar scrabble es que en cualquier punto del juego uno puede deshacer las palabras que ha formado y iniciar de nuevo. Es más, el jugador puede hasta tomar nuevas fichas. Así que, no importa cuanto ha luchado en vano el jugador, para formar palabras o cuantos errores haya cometido, siempre hay la manera de empezar de nuevo.

¿Ha pensado alguna vez “que bueno sería si en la vida pudiera simplemente empezar de nuevo?” ¿Estás obsesionado con el remordimiento de tus malas decisiones del pasado? ¿No sueñas de poder voltear una página y empezar de nuevo? Quiero que sepas que sí puedes hacer un nuevo inicio. Es 100% posible dejar el pasado y empezar una vida nueva pero no es como muchos lo imaginan o como el juego llamado Speed Scrabble. De alguna manera tenemos que resolver el pasado.

No son pocos los hombres que no quieran pararse ante Dios en el día del juicio final en su estado actual. Reconocen que han pecado y que su forma de vida jamás pueda ser aceptable ante un Dios justo y santo. Por lo cual muchas personas tienen sus planes de algún día cambiar su manera de vivir. Su plan es de dejar de pecar contra Dios y contra los hombres, y de empezar a vivir una vida más sana y honesta. Pero lo que no han contemplado muchas personas es qué hacer con el pasado. No es justo simplemente olvidarlo. Dios es un Dios de justicia y él ha declarado que el alma que pecare esa morirá, y que la paga del pecado es muerte. El hombre, aunque cambiare su manera de ser, es culpable de haber violado la ley de Dios. ¿Qué va ha hacer con esa culpa? Esto es lo que queremos considerar hoy bajo el tema “Resolviendo el pasado”.

I. Diferentes formas erróneas de manejar la culpa pasada

A. Algunos escojan transferir la culpa a otros

Estas personas asumen el papel de víctima negando toda responsabilidad por sus hechos.
Simplemente quieren olvidar, y para lograrlo inculpan a otros.

1. Pilato era uno de ellos. 1) No quería tomar su responsabilidad de hacer la justicia con Jesús. En lugar de tomar una decisión firme a favor de lo que él sabía ser justo, quería transferir esa decisión a la gente. Recuerdan que salió con la costumbre que tenían de liberar a un prisionero cada año. Les dio la opción de liberar a Barrabás el ladrón notorio, ó a Jesús, creyendo que de los dos hombres, optarían por liberar a Jesús con el fin de crucificar al que de veras era un criminal. Pilato esperaba que la misma gente tomaría la decisión, y no él. A su sorpresa escogieron liberar a Barrabás y crucificar a Jesús. 2) Pilato no quería tomar la responsabilidad de haber consentido a la muerte de Jesús. Se lavó las manos desechando la responsabilidad de sus hechos. La actitud de Pilato era, “no me miren a mí, la gente tiene la culpa, ellos tomaron la decisión”. Yo no tengo la culpa. ¿No vean que me he lavado las manos?”

2. Adán hizo lo mismo. Cuando comió de la fruta prohibida trató de deshacerse de la responsabilidad diciendo, “no tengo la culpa, la mujer me la dio.”

B. Otros manejan su culpa con el fatalismo

Estas personas suponen que la mejor manera de tratar con la culpa es de simplemente y personalmente absorber el dolor. El hombre no tiene la capacidad de sanamente absorber el dolor de la culpa ni vivir con ella. El resultado de hacerlo es siempre destructivo. Por vivir con la culpa hay personas que terminan en una depresión crónica, en el alcoholismo, y algunos recurren al suicidio como lo hizo Judas.

Probablemente Judas pensó que si entregaba a Jesús, éste simplemente escaparía una vez más como en las otras ocasiones cuando los líderes religiosos habían intentado arrestarlo. Probablemente pensó que nada malo pasaría a Jesús y que él ganaría 30 piezas de plata. Pero cuando las cosas no salieron así, cuando Jesús fue arrestado y parecía que iba ser crucificado, Judas fue inundado de culpa, y se quitó la vida ahorcándose.

El dolor de su culpa fue tal que ya no hallaba la manera de continuar con la vida. En lugar de recorrer a la gracia de Dios para absolver su culpa, tomó el camino del fatalismo. Se entregó a la creencia que sufrir el dolor interminable de la culpa por haber entregado sangre inocente sería su destino en la vida. Así que escogió mejor la muerte.

¿Qué quiere decir la palabra fatalismo? El fatalismo es: “la doctrina que considera todo cuanto ocurre como determinado de antemano por el hado o el destino.” El fatalista llega a la conclusión que Jesús jamás perdonaría sus pecados y que haga lo que haga su fin será la condenación. El fatalista dice que jamás pudiera ser santo, así que es mejor que lo dejan como es. Amigo, todo esto es una mentira de Satanás. ¡Tu puedes ser plenamente libre de toda culpa! ¡Nada más falta que tú quieras!

Jesús dijo: Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Y el Apóstol Juan dijo, 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Satanás está presto a explotar nuestra culpa diciéndonos que por nuestros pecados tan malos jamás seremos dignos de salvación, (hasta cierto punto es verdad) y que de nada pudiéramos servir en el reino de Dios. El hacer caso a éstos pensamientos es extremamente peligros, siendo que el único pecado que Dios no puede perdonar es el pecado no confesado en arrepentimiento. Aunque el fatalista no encubre su pecado, tampoco lo confiesa. Y no lo confiesa sencillamente porque cree que su pecado es demasiado grande.

Acuérdense de los dos malhechores crucificados con Jesús. El uno insultaba a Jesús, y el otro confesó que merecía la muerte “y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:42,43) Por supuesto él fue salvo, pero el otro se perdió y se perdió por una sola razón: rehusó acudirse a Jesús en fe para recibir su perdón.

C. Algunos toman la decisión de huir de Dios

Adán, nuestro primer padre, cuando había pecado contra Dios y cuando había oído la voz de Dios hablándole, por causa de la culpa que sentía, decidió esconderse en lugar de acercarse a Dios y arreglar cuentas con Él. Aunque todos sabemos que es imposible, hasta el día de hoy, el hombre sigue tratando de huir y esconder de Dios.

Algunos hombres, al sentir la culpa de su pecado, quieren distanciarse de la iglesia. Muchas veces es debido a que quieren alejarse de la presencia de Dios donde más sientan su culpa. Pero nada ganamos huyendonos de Dios. Algunas personas pasan sus vidas cambiando de trabajo, cambiando de comunidades o de ciudades, supuestamente buscando “pastos más verdes.” La realidad es que están huyendo, pero cada vez que huyen a otro lugar simplemente llevan con ellos su culpa y los mismos problemas.

Debemos entender que no podemos siempre huir de la culpa. Tarde o temprano, caeremos en una situación como la del ladrón penitente donde no podemos huir. Si no hayamos ese lugar de sumisión a Dios aquí en esta vida, por cierto lo encontraremos después.

Filipenses 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo. . . (10) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (11) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

En fin, la solución al problema de la culpa, no es en huir de ella.

D. Otros toman la decisión de evadir el problema de la culpa

¿No has elegido en alguna ocasión pasar por alto algo que necesitaba atención, con la esperanza que el problema solo desapareciera?

Ilustración: Hace algunos años, hice un viaje de unos 300 Km sin una llanta extra. En el transcurso del viaje me di cuenta que una de las llantas traseras venía dañada. En lugar de darle atención al problema consiguiendo otra llanta, tomé la decisión de hacer la vista gorda al problema con la esperanza que nada malo fuera a pasar y que llegaría a mi destino sin novedad. Faltando unos 100 km para llegar oí una explosión y supe lo que había sucedido. De allí tuve que seguir a vuelta de llanta por unos 100 km echando a perder dos rines innecesariamente.


Podemos cerrar nuestros ojos a la realidad de nuestra condición de pecado. Pero si no damos atención a lo que nos separa de Dios, tarde o temprano aquel pecado causará una “explosión” inesperada como aquella llanta lastimada. De nada nos sirve pasar la vida haciendo la vista gorda al problema. En verdad nos sale muy costoso pasar por alto nuestra culpa con la vana esperanza de que con el tiempo desaparezca. Es indispensable que atendamos a la absolución de esa culpa.

Hebreos 2:1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?. . . . .

II. La solución divina al problema de la culpa humana

¡TENGO BUENA NUEVAS! No tenemos que intentar transferir la culpa a otros, ni recurrir a un fatalismo, ni negar nuestra culpa ni huir de ella. Hay un método de estar plenamente libres de toda culpa. Con su muerte en la cruz, Cristo nos ofrece tanto una manera de ser libres del pasado como también tener un futuro lleno de esperanza y renovación. La muerte de Jesús nos proveyó la manera de verdaderamente resolver el pasado.

Isaías 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

¿No sé si se fijaron en el pronombre “nuestras?” Dios no estaba afligiendo a su Hijo con un castigo que él merecía. Él sufrió nuestras enfermedades, nuestros dolores, nuestras rebeliones, y nuestros pecados. Con el uso de los pronombres “nuestros”, “nuestras y “nosotros” Dios hace claro que Cristo sufrió en “nuestro” lugar.

Sin embargo, el pronombre “nuestro” nos tiende a dar un sentimiento de seguridad. Si lo interpretamos en un sentido colectivo, no nos sentimos tan mal, ni tan culpable porque somos muchos. Porque somos muchos, creemos que no somos tan malos. El término “nosotros” nos da la oportunidad de escondernos tras la multitud. Nos da valentía y la ilusión de seguridad. Con esta mentalidad miles de personas rehúsan creer que darán cuenta de sus pecados siendo que no pecaron solos sino entre muchos. Pero, esta no es la opinión de Dios. Antes, él dice:

Romanos 14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

En otro pasaje el rey Salomón también nos hace entender que el pecado es muy personal: ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado? ( Prov 20:9 ) Este pasaje no nos deja esconder tras ningún pronombre colectivo.

Es muy claro que si vamos a resolver el pasado tenemos que confesar nuestro pecado usando el pronombre personal. Debemos decir “Yo he pecado” y “yo soy culpable.” Cuando nos ponemos a personalizar el mensaje del profeta Isaías tenemos que decir “Ciertamente llevó él (mis) enfermedades, y sufrió (mis) dolores. . . . Mas él herido fue por (mis) rebeliones, y molido por (mis) pecados. . .

Para el hombre natural es difícil de hacer, pero si queremos libertad de toda culpa es importante que confesemos ante Cristo que nosotros somos culpables y merecedores del castigo que Él sufrió. Cómo nos consuelan las palabras del profeta: Ciertamente llevó ÉL nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. . . .Mas ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;

¿Cómo podemos resolver nuestro pasado? ¿Cómo podemos ser reconciliados con Dios? ¿Cómo podemos resolver el problema de la culpa humana? Encontramos la respuesta en una forma muy concisa.

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Conclusión:

Podemos ser libres de nuestra culpa por medio del perdón Divino:

A. Cuando aborrecemos nuestro pecado como Dios lo aborrece.

B. Cuando confesamos que nosotros merecemos el castigo que tomó Jesús

C. Cuando por fe aceptamos el sacrificio que Jesús hizo como expiación de nuestros pecados.

Ilustración:

Cuando yo era niño, tenía un juguete que no he visto en mucho tiempo. Se llama “Etch-A-Sketch” Era una tabla roja que parecía a una pantalla con dos botones parecidos a un radió. Con esos botones el niño podía dibujar sobre la pantalla, pero lo importante de este juego era que si la figura que dibujaba el niño no salía bien, podía sacudir la tabla borrando completamente todos los errores. De esa manera, el niño podía empezar de nuevo con una pantalla limpia.

Esto es exactamente lo que Cristo quiere hacer en tu vida. ¿Cuántos quieren empezar de nuevo con una “pantalla” limpia? Cristo quiere borrar todos tus pecados del pasado para que puedas empezar de nuevo. Él quiere perdonarte y limpiarte de toda culpa por su sacrificio en la cruz del calvario. Solo depende de ti si quieres ser libre para comenzar de nuevo.

Terminando quiero hacerles una pregunta y ésta pregunta no es solo para los que nunca han tenido una relación con Dios. Esta pregunta es para todos. ¿Ante los ojos de Dios, estás libre de toda culpa?

Si tu respuesta es negativa, déjame recordarte que a partir de hoy puedes comenzar la vida de nuevo sin ninguna culpa porque has puesto tu fe en el poder y eficacia del sacrificio de Jesucristo.

Juan 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

No comments: